Sketchman Gun

Tras zambullirme en el delirante mundo de Sketchman Gun, no puedo más que sonreír al recorrer esos desafiantes niveles al estilo doodle. Saltar por encima de obstáculos y esquivar trampas es solo el principio; la verdadera diversión comienza cuando desenfundo mi pistola para abrirme paso entre enemigos igual de garabatosos que el protagonista. La clave del éxito en este juego se encuentra en dominar el timing de los saltos y el rápido reflejo para disparar en el momento justo.

Es imposible negar el encanto especial que tiene, con su estética única de dibujos hecha a mano, que parece sacada directamente de la esquina de una libreta de colegio. Los comentarios de otros jugadores enfatizan que es lo más, con la ligera curva de aprendizaje que invita a seguir intentándolo una y otra vez. Y aunque a veces anhelaba más variedad, Sketchman Gun mantiene esa frescura en cada partida, motivándote a ir cada vez más lejos. Sin lugar a dudas, una excéntrica aventura de saltos y disparos que muchos disfrutarán.